Las ciudades son sus ciudadanos. AsÃ, cuando en mal o buen dÃa el alcalde ve la ciudad rota, el niño teme jugar entre los árboles, y la madre llora por no poder dormir en la noches a causa de las sirenas que anuncian la muerte, el arresto o la destrucción de la ciudad; se hace necesario, ¡indispensable! organizar kermeses, crear los más Ãgneos...