Ayer fue un paraíso y hoy tengo frío

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Las groseras muecas de la vida: un hombre se ahoga en el mar y ahí ocurre la muerte de su esposa
Las caricias marchitas hoy anidan en un rostro sin piel, que mira atónito. Da lástima el recuerdo al amar días frente a la mar ardían frente llena de planes yo reventaba en calor el color de sonrisa suficiente es la sombra de la muerte
Engañadas sonrisas en labios de muchachos. Conyugal risa muerta del matrimonio que odia. La vida es una pausa.
Cuerpos: Los gordos monumentos. Mirada que nace del vacío
Miente si es necesario y dale, a cada día de los relojes, a cada minuto de las pieles, laxas luces que oculten las miradas podridas
Quisiera gritar como un loco: reír, herir, ir al río y flotar, ver las altas acelgas azules, morir sin voces alrededor. Simple como mi vida sin vidas; pasto, un sol, un monte eso basta
Pero lee las líneas prohibidas. Escucha los sonidos vedados, extrapola mis ideas y ahórcate con los adjetivos:
intacto
dolido
cóncava
navegante
ahórcame y muramos todos, pero vivamos un momentito:
pausa

pausa

aún pausa

stop

Bebamos de este tiempo otrora sicalíptico, los ayeres dulces de la memoria
Pozo de los deseos: deseo ver el mar y soñar, sólo soñar, bañar mis sueños con sal, ceñir tus señales con la lengua húmeda de todas las realidades

Ayer fue un paraíso y hoy tengo frío

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