Apenas y puedo escuchar tus pasos en medio de este letargo de oscuridad. Las ruinas de una música del pasado crecen dentro de mi cuerpo, quieren florecer en ciudades blancas a la orilla del mar. Empiezo a oler la piel de tu espalda y percibo, como murciélago, los movimientos de tu cuerpo expectante. Entonces, el deseo comienza a calentar mis carnes y da...
Y su mirada perdida, opaca, cansada llegó hasta el patio de una casa humilde, perfumada con virutas de cedro. Unos niños corrieron al interior y él caminó detrás de ellos. Sus pies no dolÃan y sus muñecas estaban libres. Encontró a una mujer que preparaba animosa la comida. Él bien hubiera podido decir: «Magdalena, sirve que estoy hambriento», pero unos gritos enervantes le...
Antes de salir recordó la propensión de su amada hacia los celos. Infinidad de resabios erizaron su piel de hombre libre. Su corazón latió violentamente al darse cuenta que preferÃa enfrentarse al Can Cerbero que lidiar con las disputas domésticas. Entonces dudó e instintivamente volvió el rostro hacia ella en busca de una sola razón para quebrantar el orden de la vida. Al...