El paraíso

17:34



El amanecer me sorprende bajo las alas de cientos de aves.
Luego viene el mar y la paya y la brisa que lo moja todo.
El atardecer me encuentra sentado sobre la arena.
Callado. Sereno.
Y la noche que devora todo llega.
Se traga los rostros, se come la luz,
acaba con las formas  
y deja sólo un montón de bosquejos de cuerpos.
Bosque oscuro de pieles.
Y las piedras cómplices callan.
La madrugada me despierta con su cálida caricia.
Sed. Necesidad de agua limpia.
Agua de noche. Mar de mercurio.
Luna creciente en la noche menguada.
Rumor de voces lejanas, viene y va,
junto con el rumor del mar. 
El día descubre pieles desnudas,
y corazones confundidos.
Sonrisas nerviosas. Palabras dudosas
y los restos de la noche queman
como restos de fogatas.
La arena lastima.
El sol hiere.
El mar reprocha.
Ojos esquivos y sonrisas nerviosas.
Palabras dudosas.
Día que sirve de puente para la noche
y noche que sirve de puente para el amanecer,
para los amaneceres grises que vendrán.
El mar, paraíso que condena.


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