La sangre que baila
16:19
Fue un viaje cómodo y lleno de vértigo.
El encuentro de la cima con la sima.
Calles empedradas y casas herencia de una riqueza pasada dan la bienvenida.
Luego los seres dorados, mitad hombres mitad metal, que se pasean incólumes.
Después el atardecer que abraza el templo de Capulálpam,
y las montañas que tratan de impedirlo.
Y la música.
La noche intentó devorarlo todo.
Los sonidos, los destellos y las sonrisas, se salvaron.
El frío pequeño acarició mi mejilla
al momento de emerger una gran calidez desde mi interior.
Corazón que late rápido,
sangre que baila un vals.
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