No soy nada

7:17


Hoy me descubrí en el periódico. Sabía que iba a suceder, pero no sabía cuán terrible podría ser. Fue espantoso.

Después de leer la nota, de ver la foto y de sentir la más grande de las vergüenzas, me repetí casi religiosamente: Não sou nada. Nunca seré nada.

¿Quién es el ser que todo mundo ve y el que crees ser en realidad? ¿Acaso son iguales?

Creo que hay un núcleo, ese núcleo habla, grita, trata de moverse. Pero entre el núcleo y el medio que lo rodea existe una gruesa capa de carne, grasa y vísceras. Un cuerpo que condiciona al núcleo. Que lo subyuga.

Lo que los demás ven y entienden por G Santos no es más que el débil llamado de ese núcleo. El esbozo de un ser.

Quizá si el núcleo fuera más potente, si la cáscara fuera más sensible a las vibraciones del núcleo, G Santos sería más parecido al G Santos nuclear. Al verdadero, al que escribe estas palabras oculto en algún lugar de la mente de G Santos.

Después de leer el periódico descubrí que G Santos es un farsante. Él, el esbozo del G Santos nuclear, es en realidad nada. G Santos es una nulidad. Ningún tipo de atención merece ese tipejo que traduce mal mis ideas, que las revuelve y les resta fuerza.

Yo quiero decir sinceramente: “No soy nada”.

El estúpido que escribe esto es a veces controlado por el estúpido que lee esto. Y viceversa.

Mentí: también quiero adelgazar la cáscara para que el núcleo tenga libertad de movimiento. Y que le núcleo no sea tan imbécil, no tan débil y pueda palpitar fuerte y claro.

Sigo repitiendo: no soy nada. Nunca seré nada.

Día y noche esas palabras recuerdo.

Hasta pronto.

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