Bastan unos lustros

16:54



Nadie pensó que él podría ser uno de ellos. «Era tan buena gente», dice la vecina. «Si apenas yo ayer lo vi normal», piensa un compañero de trabajo. Y la madre del joven de veintidós años no sabrá siquiera cómo hilar pensamiento, ella tan adentro de este desastre.
Bastaron algunos lustros y un poco de alcohol para que ese joven violara brutalmente a un infante de seis años. Y en la desesperación que sigue al deseo complacido, decidió hacerse homicida también. 
Habrá que eliminar todo lo relacionado con esa telaraña de silencios, todo, incluso a él mismo

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